viernes, 5 de diciembre de 2014

El portero

El guardameta bien puede ser la posición mas malagradecida de todo el futbol. Un buen día puede pasar desapercibido pero uno malo y el sujeto en cuestión puede ser mandado a la hoguera. No importa si su inteligencia, visión, reflejos o técnica son inmaculados. Tampoco si lleva una trayectoria impecable. Una mala tarde es suficiente para mandar al responsable a la hoguera.

Ser portero no es fácil. Tiene que saber despejar, es decir modificar la trayectoria y sentido del balón, ya sea con las manos, el pie o el cuerpo. Tiene que tener sentido del juego para saber cuando salir y evitar el daño mucho antes de que llegue a su área. No olvidemos los reflejos puesto que un portero lento es un portero deficiente. Y en los últimos tiempos además se le pide saber salir jugando, saber hacer jugar a sus compañeros. 

Ya sea un portero preventivo (los que salen a cortar jugadas para no tener que hacer paradas milagrosas) o uno correctivo ( los que se dedican a parar los remates debajo de sus tres palos), el portero siempre tiene la presión encima. Carga con la confianza del equipo y además suele ser el receptor de los errores de los demás. Caso contrario, suele pasar que un portero que aparece poco en el juego es resultado del buen trabajo colectivo de los demás diez jugadores ya que le llegan poco al área. Sirva de referencia el Barca de Pep.

En la vida a todos nos toca hacer de portero alguna vez. Las visicitudes que enfrentamos nos obligan a parar amenazas a quemarropa o a verlas venir desde mucho antes y mitigarlas lo más pronto posible. Sin embargo, hay veces que los ataques son demasiados, el agobio es constante y el rancho está mas que apredreado. 

En las cosas de dos también esto suele pasar y como en el rectángulo verde también se debe a que el equipo no está funcionando como debe. La dinámica no es la correcta y aquel par de involucrados, sino es que uno solo, se dedican a salvar la portería evitando el menor daño posible. Pero en ocasiones por más esfuerzo que se haga los goles no dejan de entrar. Como dije al inicio, de nada vale el esfuerzo hecho durante todo el partido, temporada o carrera. Al final solo queda el error cometido.

Si usted se siente justo en esa situación podrá entender lo que pasa por la cabeza de esos porteros que se quedan llorando tirados en el pasto después de ver caer su meta. Y tal vez, igual que ellos, entienda su deseo de que termine ya el encuentro. ¿Se acuerda del 1-7 de Alemania a Brasil en el pasado mundial? 

Ponga atención. Quizá con un poco de suerte el arbitro ya haya pitado y el partido ya acabó. Y si no, levántese. Mire adelante. Limpiece la cara y termine con dignidad. También hay que saber perder.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Regate


Según la Wikipedia un regate es inducir un desequilibrio en el rival para eludirlo. Es decir, romper el equilibrio. Hacer lo inesperado. Todo con el fin de superar una situación desventajosa o de crear ventaja para intentar aprovecharla después. Es así como un portero hace un regate para quitarse a un delantero que le presiona (situación desventajosa) o un delantero que hace una "bicicleta" para dejar atrás un defensa (crear ventaja).

Considerando que cada quien conduce el balón de su vida es importantísimo saber regatear a la vida misma cuando ésta lo requiere. Mismos casos: para superar una situación de riesgo o para crearnos una situación mejor.

Por ejemplo, suponga usted que intenta terminar un encargo laboral, lleva días sin lograr avanzar y la fecha de entrega esta a la vuelta de la esquina. Situación apremiante. Aquí aplica hacerle al portero e intentar algo diferente: pedir ayuda, conseguir mas tiempo, investigar un tanto mas. La idea es regatear el problema. Sólo que hay que tener cuidado. Muchos porteros han visto entrar la bola en su portería después de quererle jugar al mago.

Lo anterior nos lleva a considerar algunos de los detalles finos del regate: la buena manufactura, el lugar y ante quién se hace. Si el quiebre se avisa desde antes o la pelota se queda enredada en los pies a media ejecución, si el amague se hace fuera de tiempo y lugar cuando ya no hace sentido y el superar al rival no crea ventaja alguna o si se intenta ante alguien mucho mas dúctil técnicamente hablando, la perdida del balón puede ser costosa. Pregúntenle a Higuita en el mundial del 90 o a mi padre acerca de la ultima vez que dijo irse de casa.

Así que le invito a hacer dos reflexiones. Si lo intentan amagar, espere, analice, vea. Puede que ni la manufactura, ni el lugar sean los adecuados y sólo acabe siendo rebasado porque es un rival harto fácil de burlar. No caiga a la primera provocación. Ahora bien si usted es una persona a la que le gusta regatear, tenga más cuidado. Por más ensayada que tenga la jugada y por más oportuno que sea el momento, puede que ya sea tan predecible que al final se quede sin espacio y sin balón. O peor aun: que por confiar tanto en su técnica lo intente cuando no tiene sentido ni razón. Al final de cuentas el trabajo, la familia o las relaciones amorosas son un juego de equipo y el regate es un acto egoísta en si mismo. Abusar de el no crea conjunto sino distancia.

Úselo bien. Úselo cuando toque. Y si va a lastimar a alguien, mejor no lo use. El lastimado puede acabar siendo usted.



sábado, 30 de agosto de 2014

Catenaccio

Defender para atacar. Atacar para defender. Nadie niega los múltiples beneficios de una defensa bien organizada ¿pero echar el carro pa'atrás?
Desde hace décadas se hizo popular un estilo de juego que llamó la atención por su extremo orden defensivo, poca vistosidad y efectivos resultados. Italia ha sido el estandarte de este estilo y es por ello que su nombre esta en italiano: catenaccio. Candado pa' los que hablamos español.
Antes de entrarle a las similitudes del catenaccio con la vida diaria, porque usted lector ya sabrá que para allá vamos, permítame hacer un breviario para dejar las cosas más en claro.
Este sistema de juego se basa en que los defensores hacen marcas personales a los jugadores contrarios. Además introduce un tipo de jugador especial llamado libero que juega atrás de los defensas, no tiene referencias fijas y cuya labor podría resumirse en ser el apagafuegos o el santo patrono de las causas imposibles. Jugar de libero no es fácil. Se requiere mucha fuerza, concentración y una enorme visión de juego. Otro concepto básico es el contraataque: atacar agresivamente a máxima velocidad aprovechando espacios y superioridad numérica. Este estilo es poco vistoso y muy físico  No se preocupa por crear jugadas largas sino mas bien en destruir las ajenas para a partir de ahí construir las propias fugaces. Queda claro que es la antítesis al fútbol total o al famoso, ahora, tiki taka.
Pues bueno, en la vida se encontrará, sino es que es usted uno (como en mi caso), con personas que juegan al catenaccio con la vida. Personas cerradas que se defienden a capa y espada, con las que se puede construir poco y deshacer mucho: un proyecto laboral, una relación sentimental o hasta un día en santa paz.
Un ser humano catenaccio, si se me permite nombrarlo de esta manera, tiene ideas rígidas y poco mutantes. Algo así como defensas bien plantados en la última línea que marcan uno a uno a los atacantes contrarios. Bien pegados y con la pierna dura no dejan hacer nada al de enfrente. Todo rebota ante ellos. Pero por si alguna cosa se llegara a escapar estas personas cuentan con un libero mental de visión impresionante ante posibles eventos negativos. Es decir, tienen una fantástica visión de juego pero, de nueva cuenta, solo para destruir. Por otro lado, sus ataques siempre serán vía el contraataque. Buscan desarticular el embiste "enemigo" para rápida y violentamente mandar la pelota al otro lado de la cancha. Casi siempre sin piedad para dejar sin oportunidad de replica al contrario.
No sea duro con ellos. Esta forma de ser la llevan tatuada en el ADN. Tal como el jobo bonito los brasileños, la mentalidad ganadora los alemanes o el quinto partido los mexicanos. Ahora bien, tampoco los excuse y mucho menos los fomente. El mundo avanza sumando y no restando.
No digo que no esté bien armar de atrás para adelante. Que tener bases sólidas en defensa no sirvan para atacar mejor. No. Lo que digo es que no por andar defendiendo tanto se le olvide atacar. No olvide que la persona de enfrente no es su enemigo (salvo muy contados casos) así que los ataques despiadados y rafagueantes difícilmente serán de su agrado. La vida es un juego de equipo y hay que dejar que cada quien sepa lo que mejor sabe hacer.
Haga el intento, como un servidor, de aprender a jugar al primer toque o mejor aun, con la posesión. No rehuya de la responsabilidad de tener la pelota en los pies. Quien sabe. Tal vez se de cuenta de que se puede jugar de mil maneras más.


viernes, 18 de julio de 2014

Como leon enjaulado

Llevaba diez minutos caminando, cinco calles y dos cigarros. Y aunque llovía encontraba la manera de que no se mojara el tabaco para seguir fumando. Llegó a la esquina, esperó el alto y suspiró al primer paso que dio para cruzar la avenida. El suspiro no solo tenía aire sino que arrastraba miles de pensamientos con él. Algunos tortuosos, otros incómodos y otros perdidos, de esos que pasan desapercibidos al consciente pero bien que ocupan el inconsciente. Todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar.

Dicen que la verdad es para los valientes y este hombre no es uno de ellos. No le gustan las sorpresas y menos cuando se ve reflejado en ellas. A nadie le gusta que le saquen a pasear sus propios demonios. Los fantasmas deberían de asustar en la casa propia y no en la ajena. Sin embargo, hay miedos a los que bien vale la pena plantarles cara. La verdad os hara libres. Ajá. Seguro. Libres para rumiar y rumiar, sin cansancio, rumiar hasta que al final se olvida porque se empezó el asunto y solo queda el sinsabor del dolor clavado, firme y suavemente, por la propia mano. 

Dejemos a este hombre "libre", absorto en sus pensamientos y sumido en miles de realidades que no existen ni existiran pero realidades al fin, al menos en su cabeza. Dejémoslo divagando la pregunta eterna que no tendrá respuesta: ¿por qué?

martes, 22 de abril de 2014

Juego de posición no de posesión


La vida es un juego. Y como todo juego hay que saber jugarlo.

El futbol es un buen ejemplo. Durante años el Barcelona ha cautivado a miles de personas por su juego. Muchos lo han admirado e intentado imitarlo. Incluso yo en el FIFA (ponga el año que quiera) he buscado la manera de jugar como ellos. Casi siempre sin lograrlo. Y es que, simplemente, no he sabido como jugarlo.

Pero personas como yo no se quedan quietas: buscan, investigan, estudian y vuelven a intentar. La vida es igual.

Aunque usted no sea fan del futbol. Por favor intente seguir mi linea de pensamiento. Mire, ese Barca es amo del balón. Se refugia en él y vive a través de él. Sin embargo, no lo tiene ni lo acapara por la simple posesión sino por la posición. Toca mucho porque se mueve en bloque. Si atacan juntos, ante cualquier revés están en una mejor posición para defender. Si atacan juntos y se mueven bien, crean espacios. Y ese es el punto clave. Crear espacios para después ocuparlos. Abra a sus delanteros y tendrá espacios por la banda. Haga paredes para atraer contrarios y dejaran un hueco libre. Conduzca la pelota para que alguien venga a quitarsela y dejará un espacio detrás que usted podrá explotar. No se trata de solo tener por tener sino de saber tener para crear algo mejor.

El amor es lo mismo. No se trata de tener una pareja por estar con alguien, por no estar solo o por el simple hecho de tener la posesión de alguien. Ahí no hay posición. Por lo menos no una que genere algo más grande. Así que cuidado. No vaya a ser que su relación sea como el Barca actual donde tiene tanto balón que se atasca de él pero donde se crean tan pocos espacios que no se circula la pelota y el tener por tener se hace costumbre. Costumbre estéril por cierto.

Pero no quiero ser negativo. Ahora véalo al revés: tal vez no tenga la posesión absoluta pero si la posición correcta. Es decir, no tiene a la pareja atada y pegadita al pie pero sí la tiene en los momentos adecuados y sobre todo sabe qué hacer con ella. Ahí no ya importa la posesión porque la posición es inmejorable. Esto es un contragolpe. El pero es que en la vida las cosas tan veloces a veces no se disfrutan.

Vayamos un paso más adelante. Si en el futbol todo es equilibrio entre ataque y defensa, la vida debe ser igual. El punto medio debería ser el maximizar la posición ya sea cuando uno la crea poseyendo o cuando la recibe al no poseer. Esto se logra con asociación en el momento y con la intención correctas. El pero: para lograr la asociación se trabaja, se suda, se equivoca el camino y se vuelve a intentar. La asociacion cuesta. Y mucho. 

Así que si usted tiene la dicha de saber dar y de que le den una posición inmejorable, felicidades. Ha dejado de solo jugar y ha aprendido a jugar sabiendo. Se ha asociado y ha aprendido a jugar con y sin posesión. Ahora sabe que esta no importa porque no importa que pase, siempre al final todo saldrá bien. Disfrute el juego que lleva las de ganar. 

Por lo mientras yo seguiré ensayando, practicando paredes y aprendiendo a conducir el balón. Quien sabe. Tal vez en el próximo Fifa nos vaya mucho mejor.