domingo, 7 de septiembre de 2014

Regate


Según la Wikipedia un regate es inducir un desequilibrio en el rival para eludirlo. Es decir, romper el equilibrio. Hacer lo inesperado. Todo con el fin de superar una situación desventajosa o de crear ventaja para intentar aprovecharla después. Es así como un portero hace un regate para quitarse a un delantero que le presiona (situación desventajosa) o un delantero que hace una "bicicleta" para dejar atrás un defensa (crear ventaja).

Considerando que cada quien conduce el balón de su vida es importantísimo saber regatear a la vida misma cuando ésta lo requiere. Mismos casos: para superar una situación de riesgo o para crearnos una situación mejor.

Por ejemplo, suponga usted que intenta terminar un encargo laboral, lleva días sin lograr avanzar y la fecha de entrega esta a la vuelta de la esquina. Situación apremiante. Aquí aplica hacerle al portero e intentar algo diferente: pedir ayuda, conseguir mas tiempo, investigar un tanto mas. La idea es regatear el problema. Sólo que hay que tener cuidado. Muchos porteros han visto entrar la bola en su portería después de quererle jugar al mago.

Lo anterior nos lleva a considerar algunos de los detalles finos del regate: la buena manufactura, el lugar y ante quién se hace. Si el quiebre se avisa desde antes o la pelota se queda enredada en los pies a media ejecución, si el amague se hace fuera de tiempo y lugar cuando ya no hace sentido y el superar al rival no crea ventaja alguna o si se intenta ante alguien mucho mas dúctil técnicamente hablando, la perdida del balón puede ser costosa. Pregúntenle a Higuita en el mundial del 90 o a mi padre acerca de la ultima vez que dijo irse de casa.

Así que le invito a hacer dos reflexiones. Si lo intentan amagar, espere, analice, vea. Puede que ni la manufactura, ni el lugar sean los adecuados y sólo acabe siendo rebasado porque es un rival harto fácil de burlar. No caiga a la primera provocación. Ahora bien si usted es una persona a la que le gusta regatear, tenga más cuidado. Por más ensayada que tenga la jugada y por más oportuno que sea el momento, puede que ya sea tan predecible que al final se quede sin espacio y sin balón. O peor aun: que por confiar tanto en su técnica lo intente cuando no tiene sentido ni razón. Al final de cuentas el trabajo, la familia o las relaciones amorosas son un juego de equipo y el regate es un acto egoísta en si mismo. Abusar de el no crea conjunto sino distancia.

Úselo bien. Úselo cuando toque. Y si va a lastimar a alguien, mejor no lo use. El lastimado puede acabar siendo usted.