sábado, 30 de agosto de 2014

Catenaccio

Defender para atacar. Atacar para defender. Nadie niega los múltiples beneficios de una defensa bien organizada ¿pero echar el carro pa'atrás?
Desde hace décadas se hizo popular un estilo de juego que llamó la atención por su extremo orden defensivo, poca vistosidad y efectivos resultados. Italia ha sido el estandarte de este estilo y es por ello que su nombre esta en italiano: catenaccio. Candado pa' los que hablamos español.
Antes de entrarle a las similitudes del catenaccio con la vida diaria, porque usted lector ya sabrá que para allá vamos, permítame hacer un breviario para dejar las cosas más en claro.
Este sistema de juego se basa en que los defensores hacen marcas personales a los jugadores contrarios. Además introduce un tipo de jugador especial llamado libero que juega atrás de los defensas, no tiene referencias fijas y cuya labor podría resumirse en ser el apagafuegos o el santo patrono de las causas imposibles. Jugar de libero no es fácil. Se requiere mucha fuerza, concentración y una enorme visión de juego. Otro concepto básico es el contraataque: atacar agresivamente a máxima velocidad aprovechando espacios y superioridad numérica. Este estilo es poco vistoso y muy físico  No se preocupa por crear jugadas largas sino mas bien en destruir las ajenas para a partir de ahí construir las propias fugaces. Queda claro que es la antítesis al fútbol total o al famoso, ahora, tiki taka.
Pues bueno, en la vida se encontrará, sino es que es usted uno (como en mi caso), con personas que juegan al catenaccio con la vida. Personas cerradas que se defienden a capa y espada, con las que se puede construir poco y deshacer mucho: un proyecto laboral, una relación sentimental o hasta un día en santa paz.
Un ser humano catenaccio, si se me permite nombrarlo de esta manera, tiene ideas rígidas y poco mutantes. Algo así como defensas bien plantados en la última línea que marcan uno a uno a los atacantes contrarios. Bien pegados y con la pierna dura no dejan hacer nada al de enfrente. Todo rebota ante ellos. Pero por si alguna cosa se llegara a escapar estas personas cuentan con un libero mental de visión impresionante ante posibles eventos negativos. Es decir, tienen una fantástica visión de juego pero, de nueva cuenta, solo para destruir. Por otro lado, sus ataques siempre serán vía el contraataque. Buscan desarticular el embiste "enemigo" para rápida y violentamente mandar la pelota al otro lado de la cancha. Casi siempre sin piedad para dejar sin oportunidad de replica al contrario.
No sea duro con ellos. Esta forma de ser la llevan tatuada en el ADN. Tal como el jobo bonito los brasileños, la mentalidad ganadora los alemanes o el quinto partido los mexicanos. Ahora bien, tampoco los excuse y mucho menos los fomente. El mundo avanza sumando y no restando.
No digo que no esté bien armar de atrás para adelante. Que tener bases sólidas en defensa no sirvan para atacar mejor. No. Lo que digo es que no por andar defendiendo tanto se le olvide atacar. No olvide que la persona de enfrente no es su enemigo (salvo muy contados casos) así que los ataques despiadados y rafagueantes difícilmente serán de su agrado. La vida es un juego de equipo y hay que dejar que cada quien sepa lo que mejor sabe hacer.
Haga el intento, como un servidor, de aprender a jugar al primer toque o mejor aun, con la posesión. No rehuya de la responsabilidad de tener la pelota en los pies. Quien sabe. Tal vez se de cuenta de que se puede jugar de mil maneras más.


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