Extraño ir de Mi mayor a La menor tocando un bajo cada dos tiempos con mi meñique. Que se nos vaya con el viento, que se nos esfume como nube, amarla con locura, fiebre, sangre y la ternura de este cuerpo mío, y el presentimiento de no verla ya.
Extraño contar 128 cambios de tono, los zapatos de falso charol, que lleguen ellos y estar dentro de cuatro paredes blancas, las muñecas de abril, siempre ir a la moda, de una pedrada romper el cristal y huir a escribir la historia.
Extraño que el día termine, que el sol se apague, que todo esté en silencio y que se escuche una canción de amor.
Extraño esa perlita divina que supo darnos nuestro amor soñado, los encantos del mar azul, cantar nuestra dicha, oír el canto de las olas del mar, que vengan a cantar para nosotros, que nos den bellos amores y así poder cantar.
Extraño buscar el olvido y arrepentidos después de llorar volver convencidos, que sea preciso intentarlo una vez más, que sus razones y nuestras explicaciones aclaren la verdad.
Extraño verla salir de madrugada de un cabaret, rajar pa' no llorar, llegar la traición por su hermosura, por ese cachibache ser lo que soy, esta noche emborracharme bien, mamarme bien mamao pa' no pensar.
Extraño colgar de un cordel, de esquina a esquina un cartel y banderas de papel verdes, rojas y amarillas; compartir el pan, el mujer y el gabán con gente de cien mil raleas; estar a la sombra de un farol, empapados en alcohol, madreando una muchacha; mandar a dormir nuestras miserias y subir y bajar la cuesta; vestir la calle de fiesta.
Pero sobre todo te extraño a ti. Extraño que cantemos juntos, que saquemos las guitarras y entonemos a la par. Yo siempre fuera de tono, por supuesto. Y por supuesto, tú regañándome por no alcanzarte. Extraño esos momentos en que me regalabas lo que más te gustaba de ti. Esos momentos en que fuimos felices juntos.
Extraño tu presencia y hoy, incluso, extraño tu tumba.
Te extraño Pa'.
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